muy cierto, los seis millones de votantes socialistas acérrimos que le quedan al psoe son fanáticos de libro, y seguirán al líder despeñadero abajo, si es necesario
no se trata de fidelidad, se trata de fe: no son nada sin ella, sin su grupo, sin su sensación de pertenencia que, a fin de cuentas, no es más que un torpe remedo de imaginarse útil en algo, en alguna parte, en alguna empresa, por loca que sea o lo parezca