No hay que dar por sentado nada en esta pandemia. Aprendemos cada día y lo que hoy es cierto puede que mañana no lo sea.
El SARS-CoV-2 es un virus que evoluciona y muta. La variante Delta (que es a la que se refiere el estudio de Lancet) cambió las reglas de juego. Ahora viene Ómicron y está por ver si vuelven a cambiar las reglas.
Como dije antes, no tenemos experiencia para afrontar una pandemia mundial. Es la primera vez que nos pasa algo así a todos los humanos que actualmente estamos vivos en este planeta.
La misma ciencia toma decisiones basándose en datos matemáticos estadísticos. No hay mucho tiempo para llegar a conclusiones en base a estudios biológicos e inmunológicos concienzudos. Y del largo plazo nadie sabe nada como es obvio.
Pero ante tanta incertidumbre ya tenemos algunas certezas que conviene recordar aunque sean de perogrullo:
- Las vacunas son razonablemente seguras.
- Las vacunas disminuyen enormemente las posibilidades de tener un covid grave y morir (al menos con las variantes que circulan actualmente)
- El método mas eficaz para disminuir la transmisión es el aislamiento y en su defecto, las mascarillas y la distancia de seguridad.
Y poco mas.
En cuanto a la vacunación de los niños, ya dije que no me quería pronunciar acerca de lo acertado o desacertado de esa decisión y de momento no lo voy a hacer, pero todo mi respeto para quien tome una u otra decisión. Sus razones tendrán y seguro que la tomarán con la intención de proteger a sus hijos.
En todo caso, los niños también enferman y mueren de covid. En España desde el principio de la pandemia han muerto 40 (20 con edades de 0-9 años y otros 20 con edades de 10-19 años). Dato a todas luces inferior al número de muertes atribuibles a las vacunas (si he hecho bien los cálculos es un 0,05% frente a un 0,44%).
La discusión está en si se debe vacunar a los niños para disminuir la propagación del virus y de paso proteger a los adultos.
En cuanto a la disminución de la propagación, la estadística es clara. Un vacunado propaga virus durante 2-3 días mientras que un no vacunado lo hace durante 10 o más días.
La disminución de la propagación ¿justifica la vacunación de los niños teniendo en cuenta la tasa de vacunación que tenemos los adultos a día de hoy?. Esa es la pregunta para la que yo todavía no tengo una respuesta fundada.
Si todos los adultos estuviésemos vacunados probablemente no fuera necesario vacunar a los que apenas tienen riesgo de morir. En este caso los niños.
La otra cuestión es vacunar para disminuir la transmisión y por tanto disminuir las probabilidades de mutación del virus y por tanto prevenir en lo posible que aparezca una variante resistente a las vacunas.
A mi esto último si que me parece una buena justificación, pero antes de llegar a vacunar a los niños, habría que vacunar al 100% de la población adulta mundial y aún estamos muy lejos de eso.



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