Pues había leído esto y era algo desasosegante.
Cuando un paciente enfermaba gravemente, los empleados de residencias tenían que llamar al geriatra de enlace del hospital público de referencia para valorar el traslado de acuerdo a sus síntomas, a la saturación de las urgencias y a los criterios del protocolo. Si el enfermo tenía cobertura privada, los cuidadores simplemente llamaban a su seguro para pedir una ambulancia.