El cine se resiste a cambiar pero poco a poco tendrá que hacerlo, si no otros medios de entretenimiento se lo irán comiendo.
No hay que olvidar que el cine es una fábrica de sueños, de ficción ... y el público lo que buscamos en en esas dos horas evadirnos de la realidad diaria y que la película nos envuelva y nos haga olvidarnos del exterior, al menos durante 120 minutos y desgraciadamente no todas lo consiguen.

Es difícil el reto, y como la vida real cada vez es más irreal y ficción, ya poco nos sorprende hasta que de vez en cuando, llega un peliculón que no tiene porque ser de acción y ficción, y nos sorprende.