Es que hay que cambiar si en los que confías te fallan.
Yo lo he vivido de cerca, mi padre desde que yo tengo uso de razón, era de CCOO, afiliado y enlace sindical en su empresa. Me he tragado, ya no de tan niño, con 14-16 años, alguna que otra manifestación con maderos, y asistencia a congresos del partido Comunista.
Al final, mi padre, hoy ya mayor con 85 años sufrió una gran decepción sindical a puertas de su jubilación, y se fue moderando hacia PSOE y Felipe, y su tercer mandato en plena crisis de 1992, tuvo que tragarse su orgullo comunista y votar a Aznar para que el Sr. Gonzalez se marchase dejando el país en una de las crisis más galopantes vividas tras la Dictadura.
Hoy no puede ni ver a Podemos, quizás porque le recuerda en exceso cuando el tenía 30 años y yo apenas era un niño.
Lo dicho, la vida nos da lecciones.