"Los logros de Cuba en materia de desarrollo social son notables si se tiene en cuenta el tamaño de su producción doméstica total per cápita. Tal y como claramente lo indica el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas año tras año, Cuba debería ser la envidia de muchas otras naciones, pues es manifiestamente, una nación mucho más rica. [Cuba] demuestra lo que las naciones son capaces de hacer con los recursos que tienen, si se enfocan en las prioridades correctas: salud, educación y alfabetización".
-- Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, abril 11, 2000
Cuando la revolución cubana llegó al poder en 1959, su modelo de desarrollo aspiraba a enlazar el crecimiento económico con mejoras en materia de justicia social. Desde un comienzo, cambios económicos de naturaleza transformadora vinieron acompañados de iniciativas sociales igualmente transformadoras. Por ejemplo, en 1959, Cuba llevó a cabo una profunda reforma agraria que terminó con los latifundios que había en la isla y distribuyó la tierra entre miles de pequeños agricultores que antes no tenían tierras. Junto con esta reforma fundamental hubo programas encaminados a suministrar servicios de salud y de educación a los agricultores y a sus familias. En 1959 se introdujo en Cuba un sistema nacional de salud que comprendía servicios de salud rurales; por aquella época tan sólo un 8% de la población rural tenía acceso a servicios de salud. La Campaña Nacional de Alfabetización de 1961, la cual ha sido reconocida como una de las más exitosas de su género, movilizó a maestros, trabajadores y estudiantes de secundaria a enseñar a más de 700,000 personas a leer. Esta campaña redujo el porcentaje de analfabetismo de un 23% a un 4% en el transcurso de un año.
Las iniciativas en las ciudades no fueron menos ambiciosas. La reforma urbana redujo los alquileres de los inquilinos cubanos a la mitad y les brindó la oportunidad de ser dueños de sus viviendas; y para aquellos que vivían en los barrios marginales, se creó un ambicioso programa de construcción de vivienda. Las nuevas viviendas, junto con la implementación de medidas para generar trabajos y reducir el desempleo, especialmente entre las mujeres, transformó rápidamente los barrios marginales.
Este raudo ritmo de cambio de los primeros años abrió el paso a avances más moderados, pero fueron los valores que enmarcaron esas iniciativas los que ejercieron una gran influencia en la mayoría de las políticas sociales en Cuba. Las políticas sociales de Cuba se caracterizan por su énfasis en la cobertura universal y en el alcance que tienen todos los programas, además de los beneficios educativos, sociales y de salud. Estos forman parte de un "salario social" que los trabajadores acumulan además de su salario monetario.
Las políticas sociales también han favorecido el desarrollo de una equidad a lo largo y a lo ancho de la sociedad, que incluye una distribución equitativa de los beneficios a través de todos los sectores de la población, favoreciendo en algunas ocasiones a los más vulnerables. Durante los últimos 40 años los cubanos han reducido de gran manera las diferencias de los ingresos entre las personas que ganan más y las que ganan menos. Las mujeres se han beneficiado de manera significativa de la revolución puesto que han podido recibir una educación y han ingresado a la fuerza laboral en grandes números. Las diferencias entre los cubanos de distintas razas también se han visto reducidas.
Las políticas sociales de Cuba se caracterizan asimismo por contar con la exclusiva participación del sector público para su desarrollo y ejecución. El gobierno asume la responsabilidad de financiar los programas sociales y de suministrar todos los beneficios sociales.
Los programas y subsidios que componen la red de seguridad social de Cuba cubren a sus ciudadanos desde la cuna hasta la sepultura y han conducido a la isla a resultados que son reconocidos como positivos casi universalmente, especialmente en materia de salud y de educación. El Índice de Desarrollo Humano de 1999 (H.D.I., por sus siglas en inglés), el cual mide las dimensiones básicas del desarrollo humano -- longevidad, conocimientos y un nivel de vida decente -- clasificó a Cuba como número 58 entre 174 países. Los indicadores primordiales de Cuba fueron: expectativas de vida al nacer (75.7 años), porcentaje de alfabetización de personas adultas (95.9%), inscripción combinada en las escuelas (72%) e ingreso per cápita (est. $3100)...
La salud
El cuidado de la salud se considera un derecho de los ciudadanos cubanos y se provee sin costo alguno. En 1961, el cuidado de la salud se nacionalizó en Cuba, aunque algunos médicos continuaron con sus prácticas privadas e incluso hasta hoy en día hay un número muy pequeño que aún las conserva. Cuando Cuba inició en 1959 el proceso de transformar las condiciones de salud de su población, se vio enfrentada a una serie de retos considerables. Primero que todo, la mayor parte de la atención médica estaba concentrada en las áreas urbanas y se ofrecía a través de una red de clínicas privadas y de un sistema público débil que por lo general había sido considerado como deficiente. Segundo, en los primeros años después de la revolución, aproximadamente la mitad de los médicos abandonaron el país, muchos a raíz de la socialización de la medicina. Cuba se quedó entonces con la responsabilidad de brindarle salud a su pueblo contando con recursos muy disminuidos y además con una urgente necesidad de entrenar a casi todo su personal médico. Pero también se quedó con la oportunidad de desarrollar un sistema de salud empezando desde cero. Y logró desarrollar un sistema que ha atraído la atención del mundo entero por el alcance que tiene, por su accesibilidad y por su orientación hacia la medicina preventiva. Los resultados en materia de salud empeoraron durante la primera década de la revolución mientras el sistema se establecía, pero hacia 1970 los resultados mejoraron y hasta el día de hoy han continuado haciéndolo...
La educación
La educación también se considera un derecho de cada ciudadano y se ofrece gratuitamente a todos los niveles. El sistema de educación cubano incluye pre-primaria, primaria (de 1ero a 6° grado), secundaria (de 7°a 9°grado) y preparatoria o educación técnica/profesional (de 10° a 12° grado). También hay educación universitaria disponible. La evolución en esta área es similar. En 1959, el logro educativo de los cubanos alcanzaba el tercer grado. Un cuarenta y cinco por ciento de niños en edad de recibir la educación primaria no asistía a la escuela y el 23% de la población mayor a 10 años era analfabeta. La Campaña Nacional de Alfabetización redujo el porcentaje de analfabetismo a un 4% en 1961; el porcentaje de analfabetismo en Cuba ha permanecido por debajo de un 10% y hoy en día se mantiene en un 6.8%. Según las Naciones Unidas, el porcentaje de alfabetización entre la gente de 15 años y mayor en Cuba era del 97%, comparado con uno del 99% en Canadá y en los Estados Unidos, uno del 96% en Costa Rica y uno del 83% en la República Dominicana. Durante las décadas de los años sesenta y setenta, se construyeron escuelas y se instituyó además un sistema de becas que le brindó la seguridad a todos los niños, a pesar del lugar donde vivieran o de la situación económica de la familia, de tener la posibilidad de asistir a la escuela. El número de niños adentro de la fuerza laboral, relativamente bajo incluso en 1960 cuando se compara con el del resto de América Latina, disminuyó primero y luego bajó a cero, a medida que la disponibilidad de escuelas conducía a aumentos espectaculares en los porcentajes del número de niños inscritos en la educación primaria, secundaria y terciaria (universidad o escuela profesional)...
En 1980, un 98.8% de los niños que tenían de 6 a 11 años asistían a la escuela primaria. La inscripción en los planteles de educación secundaria también se elevó de un 14% en 1960 a un récord de 90% en 1990... El registro en las aulas de educación superior aumentó de un bajo porcentaje de 7% en 1970 a un récord de 21% en 1990. Estos registros se vieron severamente afectados por la crisis económica de los años de 1990, cuando en 1996 disminuyeron en un 12%. Con todo, el logro educativo de los cubanos se ha visto traducido en una fuerza laboral con un alto nivel de escolaridad: de todos los trabajadores cubanos, un 14% tiene un grado universitario.
Cultura para todos
Otra área en donde se refleja de manera vigorosa el concepto de universalidad presente en las políticas sociales de Cuba es en las artes y la cultura. Ya para 1959, se fundaron en Cuba varias instituciones culturales nuevas que con el tiempo adquirirían importancia dentro del desarrollo del arte y la cultura a lo largo de América Latina: la Casa de las Américas, El Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas (I.C.A.I.C.), el Teatro Nacional, el Ballet Nacional, la Orquesta Sinfónica Nacional y el Grupo Folklórico Nacional. La campaña de alfabetización también elevó la capacidad de los cubanos de comprometerse de lleno con las artes y la cultura. Estos acontecimientos de por sí eran suficientes para elevar el nivel de vida del pueblo cubano. Pero lo que más ha caracterizado el proceso de desarrollo cultural en Cuba es la participación masiva y el acceso que tiene el pueblo cubano a las artes y a la cultura a su disposición.
Pasajes tomados de: Uriarte, Miren. Cuba: Social Policy at the Crossroads: Maintaining Priorities, Transforming Practice [Cuba: La política social en una encrucijada: Mantener las prioridades, transformar la práctica]. Un informe de Oxfam América. 2002, págs. 6-12.
En la red:
http://www.oxfamamerica.org/newsandpublications/
publications/research_reports/art3670.html, diciembre 2004.