Finalmente
en 1968 surgió el euskara batua, lo que satisfizo a unos y enojó a otros. No obstante, el euskara batua
aspira a ser desde su nacimiento un elemento supradialectal y un instrumento de comunicación entre los vascos.
Las opiniones en contra se fundamentaban, por un lado, en
la excesiva ponderación que el dialecto de Gipuzkoa tiene en el batua frente a otras formas dialectales, y en el peligro que supone la utilización de un lenguaje único para la conservación de los dialectos.
Los argumentos a favor hacían hincapié en que
el batua era un modelo para la escritura y que, además, para su creación se habían basado en los autores clásicos, por lo que la influencia de la cultura era notoria. Además,
el euskara batua unificaría todos los dialectos y daría fuerza al idioma.
Aunque al principio parecía que las opiniones en contra contaban con más seguidores,
el tiempo ha hecho que el euskara batua tenga un papel predominante en la educación,
en los medios de comunicación y en la Administración, aunque a nivel local se siguen utilizando los dialectos