Iniciado por
jmml
que, mientras en nuestra sociedad un imbécil no se vea obligado por el entorno y su circunstancia a asumir ineluctablemente que es imbécil en singular, sin añadidos ni deudas, que es imbécil como quien es bajo o quien sufre la afrenta de un miembro amorfo y pequeño, que es imbécil en primera persona y en presente de indicativo, así, él sólo, sin más ni más, sin herencia que lo disculpe ni pasado que lo atempere; hasta tanto, nos confiesa el autor, resultará imposible llegar a nada razonable que implique algún tipo de pulsión mayoritaria, pues el imbécil siempre y en todo asunto acabará imponiendo su voluntad, bien mediante la discriminación positiva a que se piensa acreedor dada su condición de damnificado, bien porque, como todo imbécil al uso, ni ceja en sus reclamaciones, ni tiene conciencia de su naturaleza deforme, pero sobre todo, no le importa nada que no sea la destrucción de ese mundo donde se ve incesantemente reflejado como lo que es, un imbécil