La verdad es que el señor Simón compone una figura cada vez más patética, pero se lo ha ganado a pulso.
Lo peor no son los incrementos de ahora, sino los incrementos que nos esperan. Seguir manteniendo la "vida normal", nos va costar, probablemente, el colapso del sistema sanitario, en un par de semanas. Es preciso espaciar, hacer más lentos, los contagios para ganar tiempo en espera de que suban las temperaturas (si el virus finalmente es sensible a las temperaturas altas, como parece), de que veamos si existe algún tratamiento antiviral eficaz, y para que las entradas de nuevos casos sean asumibles por las camas de hospital disponibles (o empezar a preparar "lazaretos" en polideportivos y demás) y por los profesionales de la salud.
Lógicamente, estaríamos mucho mejor si hubiéramos invertido en prepararnos el mes de gracia que tuvimos, o si se hubiera realmente "contenido" el virus, en lugar de dejar que produjera neumonías sin diagnosticar... Pero eso ya está en el pasado. Ahora hay que mirar al futuro. Primera medida: suspender las concentraciones de más de X personas, empezando por las manifestaciones del domingo que viene.