Israel ataca Líbano después del lanzamiento de cohetes desde el país por parte de la milicia chií Hezbolá
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Pues ya ha empezado lo que ayer era una elucubración, un ataque coordinado con Hamás por parte de Hezbolá, desde el Líbano. Todavía es pronto, sin embargo, para comprobar si es una simple salva "en solidaridad con los palestinos", como ha dicho Hezbolá, o se trata de operaciones de más calado. Veremos.
Mientras tanto, la respuesta de Netanyahu es la previsible. En lugar de asumir la responsabilidad por el fallo tremendo tanto de la inteligencia, como del estamento militar, ambos bajo su mando, ha envíado aviones a bombardear Gaza, que es lo más fácil, y a ver si los ciudadanos israelíes se tragan su farsa.
Hamás es una organización terrorista reconocida como tal por USA, la Unión Europea, el Reino Unido, Japón, Australia, Canadá,... El presidente Sánchez ha llamado a las acciones de Hamás "ataque terrorista", y en la misma línea se ha pronunciado Feijóo. Es un asunto claro para España, y para la UE.
Es difícil saber como va a evolucionar la situación. Si Israel intenta ocupar militarmente la franja, será una operación complicada, y conllevará muchos miles de muertos, tanto en Hamás, como en los militares israelíes, como en los civiles palestinos. Sin embargo, con ataques aéreos, salvo que sean de calibre genocida, no van a resolver el problema de que algo semejante vuelva a pasar en el futuro, por muchos cadáveres palestinos que se acumulen.
Si Israel tiene que luchar en dos frentes, la situación se complica y tendrán que movilizar todo lo que tienen para controlar la situación.
Desgraciadamente, Hamás es un desastre para Gaza, en particular, y para la población palestina, en general. Y el gobierno de Netanyahu es un agitador de los radicales israelíes, además de un ente corrupto e ineficaz, como se ha demostrado con este ataque.
Hay que poner la mirada larga, y volver a la senda de la negociación por ambas partes.
Menajem Beguin y Yasser Arafat cometieron acciones terroristas, pero ambos fueron capaces de negociar con el adversario, y hasta les dieron el Nobel de la Paz. Hoy es preciso identificar un nuevo Arafat, un nuevo Beguin, un nuevo Rabin,... y reactivar la única solución posible a medio plazo: una paz negociada, con la que ambas partes se sientan cómodos o,lo menos incómodos posible.