Efectivamente, durante muchos años el PP era capaz de aglutinar en sus filas desde la extrema derecha, hasta el centro-derecha.
Era una anomalía, el espacio ideológico ocupado por el PP, en otros países europeos, daba para dos o tres partidos.
Ahora la situación ya se parece más a lo que sucede en Europa, con un partido claramente de derecha radical, y otro con vocación de alcanzar el centro.
El problema que se le plantea al PP, desde que apareció Vox como protagonista, básicamente al calor del Procés, pero no solamente por el Procés, que fue un catalizador pero no causa única, es como enfrentar a Vox. Ahora mismo, tiene una decisión que tomar en CyL. Hay políticos del PP, como Pons, que tienen muy clara la diferencia y apuestan por subrayarla. Otros, más bien quieren competir en radicalidad con Vox.
Vamos a ver que hace la nueva dirección del PP.