La estulticia, al igual que todo el rango de malas capacidades (y también de las buenas, evidentemente) es inherente al ser humano. La inconsciencia también lo es, y es inconsciente quien no es capaz de percibir el peligro para sí mismo.
Hay que cuidar de los niños porque, al menos en sus primeros estadíos de desarrollo, no son capaces de vislumbrar el peligro en muchas de las actividades cotidianas que realizan. Eso es lógico, puesto que la percepción del peligro es una facultad que hay que aprender y lleva su tiempo.
Lo que no debería ser normal es morir por una cosa así siendo un adulto, o dejarte la vida a los 18 años por hacer el imbécil en tu nueva moto con chorricientos caballos, o espachurrado en el cemento por saltar a la piscina desde el 5º piso del hotel en el que estás alojado en tu viaje de fin de curso en Mallorca, tras haberte pasado el día entre alcohol y drogas.
Es trágica una muerte así. Pero igual que hay accidentes inevitables, desgraciados, y debidos exclusivamente al infortunio, hay otros a los que podríamos denominar suicidios involuntarios. En algunos casos lo raro no es morir con 20, 25 o 30 años, sino el haber sido capaz de haber llegado hasta ahí, siendo que durante la mitad de tu vida has estado jugando a la ruleta rusa.
Saludos.