Tan solo un desconocimiento profundo del conflicto palestino-israelí puede llevar a alguien a creer que Prada tiene razón.
Se le olvida de decir que el 29 de noviembre de 1947, la Asamblea Plenaria de la ONU, por abrumadora mayoría aprobó una partición del Mandato Británico de Palestina, que establecía dos zonas diferenciadas para los judíos y los árabes. Los judíos aceptaron la partición pero los árabes no, porque pretendían echar a los judíos al mar con el apoyo de los estados árabes de la región (Egipto, Transjordania, Siria, Yemen, Arabia Saudí, Líbano e Irak).
Como ya hemos comentado, nada más desaparecer el Mandato Británico de Palestina en mayo de 1948, esos países árabes musulmanes iniciaron una guerra para exterminar al recién creado Estado judío.
Recordemos que en 1941, el gran muftí de Jerusalén, líder de los árabes de Palestina, se alió con la Alemania nazi para que Hitler le ayudase a exterminar a los judíos de Palestina.
Esa guerra de 1948, a pesar de la gran superioridad numérica de los árabes, terminó con una victoria de Israel.
A día de hoy, el 21,1% de la población de Israel es árabe musulmana.
Al igual que los cristianos de Israel, el 5% de la población, son ciudadanos de pleno derecho y gozan del derecho a la libertad religiosa, derecho que recordemos que los cristianos no tienen en países musulmanes de la región.
En Gaza no hay judíos desde 2005 y en Cisjordania los judíos son linchados si entran en el territorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina. Dicho sea de paso, en Cisjordania y en Gaza los cristianos están sufriendo un éxodo debido a la presión del fundamentalismo islámico.
Así pues, lo que dice De Prada sobre la "limpieza étnica" es mentira.
Sería verdad si hablase de lo que hacen los islamistas palestinos, pero su artículo se dedica a blanquear incluso a los peores de ellos, que son los de Hamás, a los que presenta poco más que como los vengadores de unos pobres y desvalidos palestinos que son las víctimas de unos malvados judíos.
Significativamente, Juan Manuel de Prada no dice ni una palabra sobre las atrocidades cometidas por Hamás contra civiles israelíes, debe ser que eso no le parece "una ofensa a Dios y a la justicia de magnitudes cósmicas", como califica la situación de los palestinos.
Juan Manuel de Prada dice, además, que los palestinos han sido "despojados y expulsados de la tierra de sus ancestros y hacinados como chinches en un territorio siempre decreciente".
La realidad es que Israel aceptó la partición en 1947 y después dispuso unilateralmente que los palestinos tuviesen sus propios territorios, una división territorial que los palestinos musulmanes nunca han aceptado porque el propósito de esos musulmanes radicales es exterminar a los judíos de Israel y de todo el mundo.
Es lo que pretende el grupo terrorista Hamás, que también aspira a exterminar a los cristianos, no olvidemos que Hamás es un grupo salafista, la versión más radical y fanática del Islam.
¿Por qué Juan Manuel de Prada no dice nada de esto? ¿Por qué no dice que ese fanatismo palestino ha acabado hartando incluso a algunos países árabes, y que por ello han decidido entablar relaciones con Israel?
Tambien afirma que "los palestinos ni siquiera pueden construir nuevas casas, porque Israel les impide el acceso a los materiales de construcción".
A ver, si nos acabamos de enterar por el reciente bloqueo ordenado por Israel tras el ataque terrorista de Hamás, que es Israel quien suministra agua, luz y alimentos a Gaza.
Desde Gaza han decidido agradecer los servicios enviando cohetes y terroristas a Israel.
Y no estaría de más que Juan Manuel de Prada explique cómo esos "pobres" palestinos de Gaza no tienen supuestamente recursos para construir casas, pero sin embargo tienen recursos para fabricar miles de cohetes con los que asesinar a ciudadanos israelíes, tanto judíos como musulmanes y cristianos. La otra noche recordemos lanzaron 2.500, y creo que eso no es barato.
Y la guinda más antisemita del artículo la deja para el final: "tendremos servida la III Guerra Mundial. Y el culpable será Occidente, que ha tolerado que los palestinos sean tratados como perros sarnosos por un estado --creado artificialmente para acallar su mala conciencia- que ha ejercido durante décadas un poder omnímodo y brutal al margen de la ley".
A ver, entonces Juan Manuel de Prada considera a Israel un estado artificial, pero no a Palestina, que nunca fue un país independiente.
Y el malo en esta película resulta que no es Hamás, un grupo terrorista que asesina a civiles, viola a mujeres y secuestra a ancianos y niños, sino Israel y Occidente.
En fin, que sería para echarse a reír si no estuviésemos hablando de un ataque terrorista con cientos de personas asesinadas, secuestradas y mujeres violadas, a las que este señor no dedica ni una palabra.