Cada encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es peor que la anterior para los grandes partidos españoles. Es peor sobre la opinión que los ciudadanos tienen de los partidos y de las instituciones democráticas, y es peor la nota que ponen a los políticos de la oposición y a los que gobiernan. Ese es el retrato que ofrece el CIS en su barómetro del mes de abril, según el cual el PP sigue en caída al cosechar el 34% de la intención de voto, cuando el trimestre anterior —en el barómetro del mes de enero, publicado en febrero— era del 35%. Desde que se celebraron las elecciones, el PP ha perdido ya 11 puntos.
Sin embargo, los populares se despegan un trecho de los socialistas y se colocan a 5,8 puntos por encima del PSOE, que se queda en una estimación de voto del 28,2%, cuando el trimestre pasado estaba en el 30,2%. Este es el dato al que se aferra el PP, como este viernes hizo el portavoz adjunto del Grupo Popular, Rafael Hernando. Por su lado, los socialistas quieren llamar la atención sobre los cuadros en los que figuran el voto directo y el voto más simpatía. En efecto, los resultados directos, sin la llamada “cocina”, que todos los sociólogos introducen para tratar de aproximarse lo más posible a la realidad, colocan al PSOE por encima del PP. Una intención de voto directa del 12,5% a los populares y un 13,7% a los socialistas, según destacaba el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, no sin admitir que los resultados de su partido son “malos”...